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Células madre de la sangre del cordón umbilical: todo lo que tienes que saber si te planteas donarlas o conservarlas

Hasta que se descubrió que la sangre del cordón umbilical (SCU) era rica en células madre, el cordón solía desecharse junto con la placenta.

Ahora, sus increíbles beneficios para tratar ciertos tipos de cáncer infantil y sus posibles aplicaciones para curar otras enfermedades en la edad adulta, han convertido a la criopreservación de la SCU, en una posibilidad muy valiosa. Te contamos qué dice la ley sobre esta práctica, qué hay que hacer para guardar la SCU y qué aplicaciones pueden tener las células madre.

¿Qué son las células madre?

Se trata de células que tienen dos propiedades: son capaces de auto-renovarse (producir más células madre) y originar células hijas (líneas celulares que se convertirán finalmente en células especializadas).

Así lo explican en Xataka. Añaden que hoy se habla de curar con estas células ‘mágicas’ «enfermedades genéticas, regenerar tejidos dañados por golpes o por el paso del tiempo, crear órganos listos para trasplante o curar sin ni siquiera tener que tratar la enfermedad en cuestión».

La Organización Nacional de Transplantes añade que hace años se descubrió que la sangre del cordón umbilical contiene esas células, llamadas ‘células madre sanguíneas’, especializadas en la renovación de todas las células de la sangre (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas).

Y ya «en la década de los 90 comenzaron a realizarse trasplantes de células madre procedentes de la sangre de cordón umbilical (SCU), a pacientes cuya médula ósea estaba enferma, verificándose que se obtenían claros éxitos terapéuticos». Su principal utilidad son los trasplantes en enfermos con determinadas enfermedades congénitas o adquiridas de la médula ósea, como leucemias agudas o crónicas.

La Fundación Josep Carreras añade que «la sangre del cordón umbilical contiene suficiente cantidad de células madre como para poder realizar trasplantes hematopoyéticos en niños, adolescentes y adultos de bajo peso.»

Entre sus ventajas, sobre las células madre de la médula ósea: pueden emplearse con éxito aunque donante y receptor no sean totalmente compatibles, son fácilmente localizables y están disponibles de forma casi inmediata ya que se guardan congeladas en los bancos de sangre de cordón umbilical.

¿Qué hacer para conservar la sangre del cordón umbilical?

Parto Cordon

Normalmente el cordón se desechaba tras el nacimiento del bebé, pero desde que se abrió la posibilidad de su empleo para trasplante, comenzaron a guardarse las unidades y así fueron creándose los bancos públicos de SCU en todo el mundo.

Según la ONT, en España existen siete bancos públicos y tras la aprobación del antiguo RD 1301/2006 (actualmente sustituido por el RD Ley 9/2014), ‘por el que se establecen las normas de calidad y seguridad para la donación, la obtención, la evaluación, el procesamiento, la preservación, el almacenamiento y la distribución de células y tejidos humanos’, también hay Bancos de SCU privados, donde se preserva la sangre de los cordones umbilicales para un posible uso autólogo (propio).

La recogida de la SCU se realiza tras el alumbramiento y una vez cortado el cordón umbilical, y no supone riesgo alguno ni para el recién nacido ni para su madre. Una vez haya nacido el bebé, y tras separarlo del cuerpo de la madre, se pinza el cordón umbilical y antes de la expulsión de la placenta se pincha la vena umbilical y la sangre se almacena en una bolsa estéril que será etiquetada con los datos de la madre.

A la madre se le extraerán también dos tubos de sangre venosa para la realización de análisis que excluyan la posibilidad de que esté afectada por enfermedades infecciosas transmisibles por transfusión (hepatitis B y C, VIH, Sífilis, etc.).

Las unidades de sangre de cordón se transportan de inmediato al Banco de Sangre de Cordón, donde se someten a rigurosos controles para descartar las muestras que no cumplan con los estrictos estándares de calidad que se necesitan para que los trasplantes se lleven a cabo con éxito.

La sangre que supera estos controles es analizada y congelada para su uso en trasplantes. La que no cumple la normativa es destruida o usada con fines científicos.

A la hora de conservar la sangre del cordón, la rapidez es esencial, ya que solo se dispone de un margen de 48 horas para extraerla y completar el proceso de criopreservación en nitrógeno líquido, manteniendo niveles máximos de cantidad y calidad.

Una vez extraída, el traslado de la sangre ha de realizarse sin cambios bruscos de temperatura, ni calor o frío excesivos. Después se criopreservan a 196 bajo cero.

¿Quién puede donar?

Puede ser donante de sangre de cordón cualquier embarazada sana mayor de 18 años, con un embarazo normal (no patológico) y un parto que transcurra sin complicaciones.

Para preservar la SCU, el peso del neonato debe ser superior a 2.500 g, no presentar síntomas de infección, Test de Apgar superior a 8 y con buena evolución a los 10 minutos.

¿Cómo hacerse donante de un banco público?

Parto 3

Cuando una embarazada desea ser donante de sangre de cordón umbilical, debe dirigirse a uno de los Bancos de Sangre de Cordón existentes en España o a una de las maternidades adscritas al programa de recogida de un banco público, donde el ginecólogo informará sobre cómo funciona el proceso.

Y es que, tal y como explica la Fundación Josep Carreras, no todas las maternidades están preparadas para la recogida de unidades de sangre de cordón umbilical, ya que es un proceso que requiere personal especializado y los medios técnicos necesarios.

La madre firmará un consentimiento informado, que irá acompañado de:

  • Una historia clínica detallada con las posibles enfermedades infecciosas, hematológicas o de cualquier otro tipo que contraindiquen el empleo de la sangre de cordón.
  • La realización a la madre en el momento del parto de un análisis de sangre para descartar cualquier proceso infeccioso que pudiera ser transmisible a la sangre del cordón, en especial, los test de la hepatitis B y C, HIV y sífilis, entre otros.
  • Un examen clínico de su bebé al nacimiento y opcionalmente después de los tres meses realizado por un pediatra.

Así lo explica la Organización Nacional de Donantes, y añade que cualquier resultado patológico que resulte en los estudios realizados con motivo de la donación de la sangre de cordón, será comunicado a la madre por el médico responsable.

«La sangre del cordón umbilical será criopreservada y eventualmente empleada para la realización de un trasplante a cualquier paciente anónimo del mundo que lo precise, sin compensación económica para la familia».

Y es que la donación altruista y pública de SCU implica que todos los cordones almacenados en estos bancos quedan disponibles para ser utilizados en el trasplante de cualquier enfermo compatible que lo necesite.

Además, actualmente se está investigando (siempre con el consentimiento de la madre donante) con aquellas células de SCU que no son útiles para el trasplante y en un futuro estas investigaciones podrían tener repercusiones en el tratamiento de enfermedades no hematológicas.

Donación altruista o banco privado

Datos de la Fundación Josep Carreras contra la leucemia, señalan que España es el quinto país del mundo en número de unidades de sangre de cordón criopreservadas: más de 45.000, gracias a más de 140 maternidades autorizadas.

El proceso de recogida, y las posteriores analíticas que deben realizarse, así como el proceso de congelación y su mantenimiento, son sufragados completamente por el Sistema Nacional de Salud. La única condición que la sanidad pública pone es que la unidad de cordón debe de estar a disposición de cualquier paciente que la pudiera necesitar.

Pero también se puede elegir conservar la SCU en bancos privados para uso familiar (también denominados bancos para uso autólogo). Se diferencia de los públicos, en que se guarda la sangre de cordón para el caso en que el propio donante lo pueda necesitar más adelante.

Según el Dr. Josep Carreras, la mayor utilidad de estos bancos son las familias con hijos que padecen enfermedades que pueden requerir un trasplante de sus propias células.